viernes, 22 de octubre de 2010

Micaela Marcano, un poema de Vallejo


«Los que mueren están contentos, porque han dejado de sufrir»
Poeta Surafricano


Te has ido en día de lluvia, como el poeta Vallejo; como Vallejo con todos tus dolores, que también eran sus dolores; como Vallejo comunista, y sin bienes materiales; como Vallejo, y quién sabe si no eras tú también, un poema de Vallejo.

Te has ido tú, la más anónima de todas las comunistas de este mundo, la más humilde de todas; jamás un puesto, o un cargo, o ser miembro del partido o aparecer relumbrando de ego; nadie supo en el partido de tu existencia sino los necesitados, porque fuiste como Vallejo la más práctica de todas las comunistas; la que nunca necesitó del carnet para ser solidaria, para compartir el donde come uno comen dos. La que enseñó con el gesto, con la mano tendida, con el ejemplo; precisamente por eso nunca tuviste una derrota o un triunfo, sólo viviste a plenitud entre tus llantos y tus risas.

Te has ido tú, la que con su trabajo supo dignamente criar una familia; tú la nunca humillada porque las ofensas se quedaron en los otros; tú siempre, suavemente altiva, sin remilgos; tú mujer auténtica, la que con su trabajo, y desde el silencio protegió a los suyos y a los otros; a los perseguidos de este mundo los cobijó y les sirvió de mensajera.

Sólo hasta hoy me es dado revelar tu trabajo, porque ya no estarás para decirme, «este muchacho el carajo si inventa vainas» y lo hago para ver si tu ejemplo ilumina a este mundo de soberbia que no se percata de su partida.

Si un día el mundo se hace de otra manera, tú estarás entre las primeras, porque un mundo social que respete a la gente, se hará desde esa sencillez, desde ese corazón que hoy ha descansado, que se sumará a ser de nuevo madre tierra y continuará acariciándonos como siempre lo hizo. Mi homenaje será seguir intentando siempre, ser como tus enseñanzas.

Yo que me introduje desde mis angustias en tus silencios profundos; supe cuanto era el dolor que siempre albergaron las antiguas madres, tan necesarias hoy, en este mundo por construir. La palabra en este día de lluvia sobra y se torna impertinente ante el dolor de aquellos tus cercanos. Hoy debo decirte como dicen los que aman «me dueles mucho en el corazón»

Yo que tuve la suerte de saber de ti, debo agradecer y alegrarme de que hayas vivido en el mismo tiempo en el que vivo y viven mis hermanos y familiares; sin embargo aún cuando sé, que todos los movimientos del corazón nos conducen a marcharnos de él, no dejo de dolerme en este día de lluvia.

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