viernes, 22 de octubre de 2010

Planeta


(A dos manos con Carlos Angulo)

Amo un país de saludos, buenas tardes
y que le vaya bien.
De buenos días, cómo anda su salud,
cómo están los suyos por allá.
Un país de bienvenidas, puertas abiertas,
café y cuentos por las tardes,
comidas juntos y hospedaje cálido.
Un país de siembra y cría en convite de casa
en cayapa y cosecha en cambote.
Un país de te amo en lo junto, lo cierto,
lo todo, el río, la noche, el desgrane,
la cocina, el canto, el poema,
el saltimbanqui fugaz que traen los cometas,
el sonido de los grillos y los sapos,
el andar de los gusanos y el destello antiguo,
que nos viene de las estrellas más lejanas.
Un país que habite en el moler,
la corteza de los árboles,
el ya no existo, en el dibujo de las nubes
y en el soñar permanente de los corazones
que lo habitan.
Un país como silla en la espera,
sombrero al sol, brazos abiertos
de los camburales y el tejer de una mujer
sentada a la vera del camino.
Un país que anda a pie en los que van y vienen,
que se la juegue como hermano,
que va pa esa en las buenas
y en las malas.
Un país de abrazos y palmadas
que se alegre con la llegada de los diferentes,
que no sea grande, ni poderoso, ni el mejor,
un país pequeño de construcciones para la vida,
que cuando juegue no haga trampas, no compita.
Un país transparente,
que se le toque el corazón para que nadie lo dañe.

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